jueves, 12 de febrero de 2009

La raza recompensada de un reportero

Reportero, investigador, escritor, documentalista, profesor en la Universidad... la actividad no decae para este periodista, Medalla de Andalucía en 2006, y al que sus compañeros de profesión han dedicado un libro recordando su gran labor.

Bosco Ferri. Actualizado 31.01.2009

Con motivo de la entrega de la Medalla de Andalucía en 2006, que por primera vez se daba a un periodista, sus compañeros de profesión decidieron homenajear a su colega con un libro recientemente publicado, Antonio Ramos Espejo: un periodista para un pueblo. En él se refleja la labor de este reportero de calle, quien a su vez ha relatado a lo largo de su carrera la historia e historias de los últimos años, centrándose además en los problemas de su tierra, Andalucía. Hablar de Ramos Espejo es pensar en Lorca, en Casas Viejas, en Blas Infante, en la emigración, en la Transición, en Marinaleda, en la Guardia Civil e incluso en las caras de Bélmez. Todos estos temas y muchísimos más han sido tratados por este periodista a través de su trabajo desde sus inicios en los 60 en el Sol de España de Málaga, pasando por la Agencia Efe, el Ya, el Ideal de Granada y la revista Triunfo en los 70 y, más recientemente, en El Correo de Andalucía. Ahora lleva varios años centrado en la Enciclopedia General de Andalucía, además de dedicarse a los documentales de televisión centrados en la historia de la región, a la vez que sigue dando clase en la Facultad de Comunicación, desde donde observa los cambios en los medios: "Los periódicos se están quedando sin memoria, y además falta comunicación entre los periodistas y los jefes de las empresas, que nos comen el terreno y lo deciden todo. Hay que reivindicar nuestra función como cronistas y agentes de la Historia".

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