miércoles, 16 de diciembre de 2009

Lugar de plática y de amistades

BARE NOSTRUM

El mejor antro donde quedar con los amigos para reír, beber y hablar. Y también para ligar, ya que este bar presume de clientela fija pero también de un público foráneo, joven y ocasional, que no deja pasar la oportunidad de acercarse a este lugar mítico en la ciudad desde hace 13 años, cuando lo cogieron los actuales dueños, aunque antes ya estuviera abierto durante otros siete años. Además, el buen ambiente reina siempre en el local, pequeño y estrecho, a la vez que familiar, donde se pueden conseguir amistades eternas y también de una sola noche.

No es necesario bailar ni moverse mucho para lograr esos fines, ni tampoco aparentar ser otro, ya que para eso hay otros locales, incluso cercanos en este barrio de la Alfalfa. Aquí la gente se muestra tal cual es y se define socialmente mediante su propia plática, aunque a las tertulias filosóficas, científicas o futbolísticas, todas ellas improvisadas, también hay que sumar la juerga y la diversión de las que el Bare rebosa por todos sus poros.

Ya sea verano o invierno, cualquier día del año se puede vivir una experiencia única en este rincón del centro de la ciudad, por poca gente que haya, aunque el Bare Nostrum disfruta de gran afluencia de público tanto los fines de semana como las noches de los miércoles y los jueves,
cuando la juventud manda en la calle.
La multitud variedad de chupitos es uno de los éxitos del Bare, así como sus cócteles, cuyo precio económico atrae al público joven y universitario, el sempiterno motor de la movida nocturna de la ciudad, que con el paso de los años desarrolla una nostalgia especial hacia este bar, lugar de reunión para los restos, y donde es seguro encontrar de vez en cuando a los amigos que hace tiempo no se ven, porque han cambiado de vida o de ciudad, a la vez de tener la posibilidad de vivir nuevas aventuras. Este pub sería ya del todo perfecto si tuviera además comidas, ya que si la noche se alarga más de lo previsto antes de entrar, sólo se tiene la opción en el bar de una máquina de frutos secos, socorridos aun así algunas veces. Lo ideal es, por tanto, llegar comido, para lo que cada vez hay una mayor y mejor oferta por los alrededores del barrio, como el restaurante Alcaiza, en la plaza de la Pescadería, que comparte dueños con el Bare, rincón por excelencia de bohemios y otros grandes personajes de la noche sevillana.
● C/ Pérez Galdós, 26. Abierto todos los días del año de 21:00 a madrugada

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